¿Sabes la diferencia que hay entre «hacer fotos» y «ser fotógrafo»? Podríamos distinguir estos dos conceptos, diciendo que «hacer fotos» es dejar que sea la cámara la que se encargue de configurar todos los parámetros para una correcta toma, es decir, usar el Modo Automático de la cámara; mientras que «ser fotógrafo» se aplicaría al usuario que se encarga personalmente de hacer todos los ajustes en la cámara, según sus gustos y según las necesidades de cada situación, para obtener la foto que se desea conseguir o, lo que es lo mismo, usar el Modo Manual de la cámara.
Con esta pequeña reflexión, queremos demostrarte la importancia de utilizar el Modo Manual de la cámara, pues es la manera de poder ser creativos con las fotografías y de ser capaces de captar imágenes únicas.
Y es que, si ponemos a 5 personas con 5 cámaras, todas ellas en Modo Automático, y les pedimos que fotografíen la misma escena, las 5 fotos resultantes serán prácticamente idénticas, pues los automatismos de las cámaras se encargan de captar una imagen equilibrada, que podríamos considerar objetivamente correcta. Sin embargo, si tenemos a 5 personas con 5 cámaras en Modo Manual, fotografiando esa misma escena, veremos que una habrá optado por congelar el movimiento, otra por realizar una larga exposición, otra por resaltar el motivo principal y desenfocar el fondo… En definitiva, el poder realizar ajustes personalizados a la hora de hacer fotos es lo que nos permitirá obtener imágenes únicas, y eso lo conseguiremos con el uso del Modo Manual.
Diferencia entre el Modo Manual y el Automático
La luz es el elemento primordial en la fotografía. Sin luz, no sería posible realizar fotos. Es mediante el aprovechamiento de esa luz (ya sea natural o artificial) como conseguiremos capturar aquello que nos rodea del modo que nosotros queremos. Y el Modo Manual de nuestra cámara es el que nos permitirá jugar con la luz, de tal manera que las fotos que obtengamos sean tal y como nosotros las deseábamos.
¿Te suena el término «exponer«? En fotografía, la exposición es la acción mediante la cual la cámara captura la escena que queramos tomar y la imprime en un material sensible (en la película fotográfica en el caso de las cámaras analógicas y en el sensor en el caso de las cámaras digitales).
En el Modo Automático, la cámara realiza una exposición que podríamos definir como «neutra» o «estándar», pues el fotómetro realiza una medición de la luz que hay en la escena, y la cámara configura sus parámetros para obtener la mayor cantidad de información (luz) y tonos (rango dinámico), según los datos que ha recabado con dicha medición. El exposímetro (un indicador con apariencia de regla, que mide si la exposición es neutra, o si hay, y en qué medida, subexposición o sobreexposición) marcará un valor de cero, pues esa exposición neutra o estándar de la que hablamos indica que no hay ni subexposición (predominancia de las sombras) ni sobreexposición (predominancia de las altas luces).
En el Modo Manual, la cámara también hace una medición de la luz de la escena con el fotómetro y nos muestra el resultado en el exposímetro. Este resultado puede estar en el cero (imagen neutra), en valores negativos como -1 ó -2 (si la imagen está subexpuesta, con predominancia de las sombras) o en valores positivos como +1 ó +2 (si la imagen está sobreexpuesta, con predominancia de las altas luces). La diferencia radica en que, en este modo, la cámara no decide cuál es la exposición «correcta» o «necesaria» para esa escena concreta, sino que somos nosotros los que podemos ser creativos y configurar los parámetros a nuestro gusto para obtener la imagen que deseamos (que puede ser con una exposición neutra o con una exposición diferente, si buscamos obtener efectos especiales).
El Modo Manual o Cómo Jugar con la Luz
Recapitulemos: por una parte, hemos dicho que la luz es el elemento primordial en la fotografía; y por otro lado, que, en el Modo Manual, nosotros podemos jugar con esa luz a la hora de hacer las fotos, mediante la configuración de algunos parámetros de la cámara. Pues bien, ¿y cuáles son esos parámetros con los que el Modo Manual permite jugar con la luz?
Se trata de 3 variables distintas, pero relacionadas entre sí: la Apertura del Diafragma (cantidad de luz que dejamos pasar al sensor), la Velocidad de Obturación (tiempo que el sensor está recibiendo luz) y finalmente el ISO (nivel de sensibilidad del sensor ante la luz).
A estos 3 factores se los conoce como «Triángulo de la Exposición«, ya que con su manipulación podremos variar la exposición que obtendremos en la foto. Hay que tener claro que, aunque podemos configurar estos 3 valores a nuestro antojo para obtener imágenes a nuestro gusto, si queremos conseguir una exposición «neutra» (sin predominancia de sombras ni de altas luces, o lo que es lo mismo, para que la foto no nos quede ni demasiado oscura ni demasiado quemada), tendremos que compensar esos valores hasta que el exposímetro marque cero.
A continuación, vamos a conocer mejor cada uno de estos 3 elementos, y a ver qué podemos conseguir con cada uno de ellos:
Apertura del Diafragma
Como hemos dicho, la apertura del diafragma hace referencia a la cantidad de luz que dejamos pasar al sensor.
El objetivo de la cámara cuenta en su interior con una especie de cortinillas o láminas que se abren y se cierran para dejar pasar la luz en el momento de hacer la foto. Al configurar la Apertura del Diafragma, nosotros podemos decidir cuánto se abren esas cortinillas, para que pase al sensor la cantidad de luz que nosotros deseamos.
La flexibilidad que tendremos a la hora de jugar con la Apertura del Diafragma nos la dará el objetivo que estemos utilizando, ya que cada lente puede trabajar con parámetros distintos. Este dato lo encontraremos en las especificaciones de cada objetivo, representado con los valores f/. Por ejemplo, un valor de f/1.4 indica que la apertura es grande y deja pasar mucha luz, mientras que un valor f/22 indica que la apertura es pequeña y que deja pasar menos luz (esto puede parecer contradictorio, pero conviene tenerlo claro: los valores f/ pequeños equivalen a aperturas grandes que dejan pasar mucha luz, mientras que los valores f/ grandes equivalen a aperturas pequeñas que dejan pasar poca luz).
¿Y cómo afecta la apertura del diafragma a las fotos? Has de saber que este parámetro tiene un impacto directo sobre la profundidad de campo (zona de la escena que la cámara capta con total nitidez, en contraposición a las zonas menos enfocadas). Si queremos que la mayor parte de la escena aparezca enfocada en la foto porque todos los detalles nos parecen importantes (por ejemplo, en un paisaje), tendremos que configurar un valor f/ alto, ya que con una apertura pequeña, se consigue una mayor profundidad de campo. Por el contrario, si queremos que solo una pequeña zona de la escena aparezca nítida y con un atractivo efecto de desenfoque en el fondo para resaltar el motivo principal (por ejemplo, en un retrato), tendremos que configurar un valor f/ pequeño, ya que una apertura del diafragma grande provoca una profundidad de campo más reducida.
Velocidad de Obturación
La Velocidad de Obturación, también conocida como Velocidad de Disparo, nos permitirá elegir el tiempo que el sensor estará recibiendo la luz.
¿Te acuerdas que en el anterior punto hablamos de las cortinillas de la apertura del diafragma? Pues, con la Velocidad de Obturación, indicaremos a la cámara cuánto tiempo queremos que esas cortinillas permanezcan abiertas para que pase la luz a través de la lente hasta el sensor.
Las posibilidades son muchas, desde los 30 segundos, hasta diminutas fracciones de segundo como por ejemplo 1/8000 s. Debemos saber que a una velocidad lenta de obturación se la conoce también como «larga exposición«, mientras que las velocidades rápidas de obturación se denominan también «exposiciones cortas«.
Si te preguntas cómo afecta la velocidad de obturación a las fotos, te diremos que se trata del parámetro que nos permitirá controlar el tiempo. Lo entenderás mejor con un par de ejemplos:
- En el primero, imagina que quieres hacer una de esas fotos tan chulas en las que se ven las estelas que dejan las luces de un coche. Para ello, solo tienes que poner una velocidad de obturador baja (larga exposición), por ejemplo de 5 segundos. Así, la cámara registrará la luz que dejan los faros del coche durante ese tiempo, creando un atractivo efecto de estela.
- En el segundo, lo que quieres retratar es un coche de carreras que pasa a toda velocidad. En este caso, nos interesa «congelar el tiempo» para que el bólido no nos salga movido en la foto. Para ello, solo hay que utilizar una velocidad de obturación rápida (exposición corta), de una pequeña fracción de segundo, por ejemplo 1/4000 s, para que en ese brevísimo lapso de tiempo el sensor de la cámara no pueda percibir el movimiento del coche de carreras y que, así, no nos salga movida la foto.
NOTA: hay que tener en cuenta que, a velocidades de obturación bajas (largas exposiciones), la cámara es propensa a sufrir trepidaciones (pequeños movimientos, como el de nuestro propio pulso) que quedarán registradas y darán como resultado fotos movidas. Para evitar que esto suceda, se hace necesario el uso de un trípode.
Sensibilidad ISO
El tercer elemento del «triángulo de expoción» es el ISO, que hace referencia al nivel de sensibilidad que tendrá el sensor ante la luz que recibe.
Los valores de ISO bajos (por ejemplo, ISO 100) indican una menor sensibilidad del sensor, por lo que son valores frecuentes cuando la escena que queremos fotografiar está bien iluminada (como en fotografía de exteriores, en días de sol). Por su parte, para situaciones con baja luz ambiental (fotos nocturnas o en interiores mal iluminados), lo habitual será optar por valores de ISO altos (por ejemplo, ISO 3200) que, al hacer más sensible el sensor, este será capaz de captar más luz.
Ojo, conviene saber cómo afecta el ISO a las fotos para evitar desagradables sorpresas. Y es que un ISO alto, además de aumentar la sensibilidad o capacidad del sensor a la hora de captar luz, también puede generar ruido fotográfico y efecto granulado en las imágenes, lo que podría afear nuestras fotos si no buscamos ese particular efecto.
Hacer Fotos en Modo Manual
Ahora que ya conoces los conceptos básicos, es el momento de dar un paso al frente, abandonar esa «red de seguridad» que proporciona el Modo Automático, y dejar que hable tu creatividad como fotógrafo experimentando con el Modo Manual. Te resultará confuso y desafiante al principio, pero no desesperes. Recuerda que la práctica hace al maestro, y con un poquito de dedicación, pronto notarás los resultados.
Ten presente que los 3 valores del triángulo de la exposición que se pueden configurar en el Modo Manual (Apertura, Velocidad e ISO) están relacionados entre sí, por lo que mover uno de estos valores requiere cierta compensación con los otros dos. ¡Así que coge tu cámara, gira el dial de modos hasta que marque la letra «M», y experimenta con las infinitas posibilidades que ofrece!